Arándanos: un fallo de Estados Unidos evitó pérdidas por casi USD 30 millones para la Argentina

Tras la intervención de Cancillería, se logró dejar atrás una denuncia de productores de Estados Unidos sobre un presunto daño que generaba el ingreso del arándano argentino a dicho mercado.

Luego de una denuncia de productores de Estados Unidos sobre un presunto daño que generaba el arándano argentino en ese mercado, la Comisión de Comercio Internacional de los Estados Unidos (Usitc) determinó que la fruta nacional no implicaba amenaza alguna a la industria y producción de ese país y el producto se podrá posicionar con normalidad. La Argentina envía a ese destino entre 6 y 7 millones de kilos por los que recibe cerca de 30 millones de dólares anuales.

El fallo positivo fue gracias a la intervención de Cancillería que sugirió a la oficina de Joe Biden no recomendar la imposición de una medida de salvaguardia que proteja la industria de ese país en detrimento de la nacional.

Hace unos meses, la Argentina, México, Canadá, Chile y Perú quedaron afectados de forma transitoria por una denuncia que habían hecho productores estadounidenses sobre los productos que ingresaban de esos países y que, según argumentaron, dañaba la fruta local. Ante esta denuncia, los países afectados crearon una comisión para analizar la situación e impedir quedar fuera del negocio.

“Se formó un grupo de productores de esos países para explicar que no había daño, ya que no se justificaba ninguna de las medidas a las que hacían referencia. Se quería imponer medidas que iban desde un cupo a un arancel y cualquiera de las dos hubiera sido muy perjudicial para la fruta argentina”, dijo Alejandro Pannunzio, presidente de la Asociación de Productores de Arándanos Mesopotamia Argentina (Apama).

Así, Usitc determinó la inexistencia de tal daño y los productores de ese país no pudieron demostrar la presunta amenaza o daño que generaba la fruta argentina sobre la cosecha local. Pannunzio resaltó que el arándano argentino es contraestación al fruto de Estados Unidos, por lo tanto, no incide en la mercadería de ese país, como tampoco lo hacen los productos del resto de los afectados. “Pudo pasar que de otros países, como es el caso de México, que la oferta se llegó a superponer a la producción local y ellos lo vieron como una amenaza”, afirmó.

La intervención de Cancillería

Según confirmaron desde Cancillería a este medio, la gestión de esa cartera y la Embajada ante la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. evitó que la medida hubiera afectado las exportaciones de arándanos. La cartera diplomática decidió no recomendar al presidente Joe Biden la imposición de una medida de salvaguardia que proteja la industria de ese país.

Una decisión es una “medida de gran importancia” para la industria productora de arándanos, en especial para las economías de las provincias de Tucumán, Salta y Catamarca que concentran el 40% de la producción y también Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Buenos Aires, resaltaron en un comunicado desde la cartera de Felipe Solá.

Felipe Sola, canciller argentino. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni/Archivo
Felipe Sola, canciller argentino. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

“Trabajamos junto con la Cancillería mostrando un desempeño muy grande. Nos ayudó enormemente junto con el soporte de productores que financiamos estas acciones”, indicó por su parte Pannunzio.

El 90% de la producción nacional de arándanos se orienta a la exportación y el resto queda en el mercado interno. El año pasado, por ejemplo, la Argentina exportó alrededor de 10,5 millones de kilos de arándanos a todo el mundo, de ese total, se enviaron entre seis y siete millones de kilos a Estados Unidos. Según confirmaron desde Apama por esos envíos al país norteamericano se recibieron en divisas, aproximadamente, USD 29.250.000. Los otros mercados de la fruta nacional son Canadá que junto a Estados Unidos se quedan con el 65% de las exportaciones totales, la Unión Europea y Reino Unido abarcan el 30% y Asia el 5%.

“La exitosa defensa llevada a cabo evitó la imposición de una medida de salvaguardia que hubiera implicado el cierre de un mercado crucial que representó USD 427 millones de exportaciones argentinas en el período 2015-2020, con graves consecuencias para la producción nacional y, pérdida de puestos de trabajo e ingresos para las economías regionales”, agregó Cancillería.

En tanto, Solá indicó en ese documento que “se trata de una medida fundamental ya que no solo se logró prevenir el cierre de un mercado de exportación de suma importancia para la Argentina como es el de la industria de arándanos, sino que además da cuenta del trabajo mancomunado entre el gobierno y el sector empresario en defensa de la producción exportable”.

“Este es un buen augurio en materia comercial por parte de la nueva administración estadounidense en relación al uso responsable de medidas de defensa comercial, modifica una historia proclive a la utilización de medidas de salvaguardia, derechos antidumping y derechos compensatorios, y refuta el lobby de importantes congresistas estadounidenses de los estados productores de arándanos”, señaló.

Los otros problemas del sector

El año pasado la Argentina cosechó cerca de 18.000 toneladas de arándanos, de las cuales, 11.000 se destinaron a la exportación en fresco, mientras que 3.500 en congelado y 3.000 al mercado interno. En esa línea desde Apama afirmaron que de las 4.800 hectáreas que se destinaban al cultivo de esa fruta en 2008 en los últimos años cayó a 2.400 hectáreas. El escenario responde a la desinversión y falta de estímulos para los productores, entre otros factores que han golpeado de lleno al sector.

“Este año se sacaron las retenciones para los productos de economías regionales, pero como nosotros empezamos a exportar en diciembre cerramos los permisos de enero y marzo, y ahora estamos pagando retenciones”, afirmó Pannunzio sobre la problemática que atraviesan.

Por otro lado, la devolución en pesos del IVA produce distorsiones en el sector. “No tenemos una amortización acelerada de las inversiones, no podemos amortizar rápidamente y no podemos hacer cambios varietales, también nos perjudica la inestabilidad macroeconómica que hace que nuestra economía esté dañada”, sintetizó.